Tener un día lleno de cosas positivas, bendiciones, alegrías y bonito en sí, en gran parte, depende de ti. La manera que tienes de encarar la vida, tus hábitos y costumbres, tu rutina y la conexión que tienes con Dios marcarán siempre la diferencia. Si deseas iniciar la jornada de una manera magnífica, conoce aquí unos consejos para empezar un día bendecido.
Consejos para empezar un día bendecido
La unión y el contacto que tengas con Dios será de gran ayuda para que tus días sean gratos y estén llenos de cosas buenas. Para ello, es el momento de que comiences a poner en práctica unos consejos para empezar un día bendecido.
Habla con Dios
En la medida de lo posible, intenta charlar con Dios. Entrégale tanto tu día, como tus planes y todo aquello que va en tu mente. Cuando pones a Dios en primer lugar, muchas cosas buenas te pasarán y llegarán a tu vida.
Entiende y cree que Dios desea bendecirte
Es fundamental que comprendas y crees que Dios quiere y tiene interés en bendecirte. A Jesus le importa tanto que lo adores como que le pidas. Interioriza que él te escucha y tiene la capacidad de responder a tus oraciones.
Pídele a Dios cosas buenas
Teniendo en cuenta las palabras de la Biblia, Dios nunca te va contestará ni te dará ninguna oración que pueda ser mala para ti.
“Dios mío, hoy te pido una motocicleta de carreras para demostrarle a todos que valiente soy e ir y correr por la autopista a toda velocidad y así probarles a todos que ángeles me acompañan”.
Prestando atención a lo mencionado anteriormente, ¿qué está mal en esta frase?
Puesto absolutamente “todo”. Jesús no te va a responder a caprichos que puedan desencadenar en algo negativo para ti, ya sea en el presente o en el futuro.
Entonces, ahora que sabes que Dios no va a contestar a los caprichos, puedes hacerle con confianza peticiones que sean saludables y buenas. Verás que a estas sí que te responderá.
No pierdas el tiempo
Dios te proporciona tiempo, fuerzas, libertad y energía. Tu deber es no perder el tiempo. Asimismo, tampoco tienes que poner en riesgo tu salud, ni realizar cosas que coarten tu libertad.
Por ejemplo, evita estar con el teléfono, respondiendo mensajes o viendo las notificaciones cuando estés descansando.
Además de dedicarle tiempo a Dios, tienes que cuidar de las personas que quieres y que te rodean. Trátalos bien, preocúpate por ellos, ora por su bienestar y muéstrales tu cariño.
Haz actividades que te produzcan paz física y mental, que te generen buenas sensaciones y que ayuden a que seas mejor persona. No te olvides de descansar, ya que este aspecto es fundamental para tu salud.
Cree con firmeza que Dios quiere bendecirte
Ten la certeza absoluta de que Dios te quiere bendecir. Piensa lo triste u horrible que debe ser comenzar la jornada creyendo que Dios te castiga, te odia, te maldice y no tiene consideración por ti.
Es una realidad que no siempre te irá todo bien en la vida. Pasarás por etapas en las que padecerás por tus crímenes, pecados, equivocaciones o inclusive por las posibles ofensas que hayas tenido con otras personas o con Dios. Sin embargo, recuerda que estos efectos o resultados son por causa de la aplicación de las leyes o reglas vigentes y no por un castigo directo que te haya hecho Dios.
Si tienes la capacidad de ser humilde, reconocer y asumir que tu sufrimiento es por tu culpa, podrás acudir a Jesús en busca de ayuda.
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