Existen ciertos tipos de manchas en las ollas y las sartenes que te dan ganas de tirarlas y ni siquiera intentar removerlas. Pero ninguna mancha es imposible de quitar. Solo necesitas los productos adecuados y un poco de paciencia. Descubre los siguientes consejos.
1. Detergente y sal
Esta es una receta para quitar la grasa del fondo de la sartén. Después de freír es común que el fondo de la sartén esté todo amarillo y pegajoso, con una capa de grasa que no parece salir con nada. Pero intenta lo siguiente.
Esparce la cantidad de 1 cucharadita de detergente en la parte de la sartén con grasa, sin mojar la sartén. Luego, sobre el detergente, espolvorea una capa de sal de mesa para cubrir. Por último, solo frota con una esponja seca y saldrá todo, sin mucho esfuerzo. Solo moja la sartén al final para enjuagarla.
2. Pasta de bicarbonato de sodio
Además de la sal, otro ingrediente mágico en la cocina, que siempre vale la pena tener cerca, es el bicarbonato de sodio. Haz esta pasta para limpiar ollas y sartenes quemadas o manchadas después de freír.
Mezcla 2 partes de bicarbonato de sodio con 1 parte de alcohol o detergente hasta que se forme una pasta. A seguir, frota la pasta en la parte quemada de la sartén con una esponja. Enjuaga y seca bien la sartén para evitar manchas de agua.
3. Jabón y lana de acero
Ahora, para esa sartén que llevas meses sin cepillar, con ese fondo negro tan manchado de fuego y grasa, vas a necesitar la buena y vieja lana de acero. Si el detergente no se disuelve, usa una barra de jabón de baño. Hazlo de la siguiente manera:
Enciende la boca del fogón y acerca una de las partes sucias de la sartén para calentar y ablandar la grasa. Apaga el fogón después de unos segundos. Con cuidado de no quemarte, aplica un poco de jabón en la parte que se ha calentado y comienza a frotar con la lana de acero. Repite el procedimiento hasta que se elimine toda la suciedad y la sartén luzca como nueva.