Esta historia ocurrió en el Reino Unido, cuando nació la pequeña Orla-May con apenas 490 gramos de peso, lo que supuso un desafío para el equipo de médicos. Además, de un duro golpe para la familia.
Como una estrategia médica para lograr que la bebé recibiera el suficiente calor los médicos la envolvieron en una bolsa de plástico para emparedado. Lo más curioso es que los especialistas dicen que de no ser por la bolsa de plástico, la bebé no ubiera resistido con vida.
Emily la madre de Orla-May sufrió de insuficiencia placentaria lo que afectó directamente a la bebé que recibía menos sangre de la madre. Esta condición puede provocar diferentes problemas en la gestación y uno de ellos es el parto prematuro como ocurrió en este caso.
La verdad es que esta madre y su bebé corrieron un riesgo incalculable, se enfrentaron a la muerte. Sin embargo, lograron resistir esta enorme prueba de vida. La madre de la pequeña dijo que: “cuando ella nació, los médicos trabajaron mucho para hacer que ella respirara. Le pusieron un tubo en su garganta y la pusieron en una bolsa de plástico de sándwich para certificarse de que ella recibía el calor necesario”.
