Las personas con prejuicios están en todas partes. No obstante, muchas de ellas saben que están equivocadas y, por lo menos, intentan disimularlo, guardándose los prejuicios para sí mismos.
Pero, hay otras que no se puedan contener y son capaces de humillar a quienes consideran inferiores porque no cumplen con sus estándares o patrones.
En una tienda de bisutería en Muriaé, en Minas Gerais, Brasil, un jefe gordofóbico fue condenado a pagar una indemnización de casi 9.000 dólares, después de negarse a darle su bonificación, dado que no había conseguido perder peso.
La víctima, de 26 años, fue empleada de una tienda durante cerca de un año y medio. Ella recibía el salario mínimo y la tienda le ofreció una bonificación 36 dólares. Solo que que dicha bonificación tenía una condición: la empleada necesitaba comprobar al jefe que había adelgazado.
A lo largo de los meses, la empleada fue guardando las notas que recibió de su jefe, en las que decía cosas como “Estoy pendiente. Este mes no vi diferencia”. En otra nota, escribió: “Por favor verifica el peso, si no has perdido peso en el mes de julio hasta agosto, por favor devuelve los 36 dólares”.
Sintiéndose presionada, la joven realmente trató de perder peso. Además de necesitar el bono, estaba aceptando ser humillada y monitoreada constantemente. El hombre cobró sus visitas al gimnasio e incluso su ciclo menstrual entró en juego.
El caso fue denunciado en el Juzgado 1º de Trabajo de Muriaé, el cual consideró que la víctima fue sometida a extrema violencia psicológica. Además de los 9.000 dólares, la tienda también deberá pagar el 13º salario proporcional, las horas extras y otros derechos laborales.