Terry y Ana son una pareja como cualquier otra. Estaban muy enamorados y, cuando cumplieron el primer año de noviazgo, Terry le regaló a Ana un collar con una pieza de madera de Tasmania. A Ana le fascinó el regalo: era sencillo, era personal, y desde ese, día, ella siempre lo llevaría puesto. ¿Se lo habrá pedido Terry? Quizá, pero igual ella siempre llevaba.
Con el paso del tiempo, Terry y Ana continuaban su vida normal. Como toda pareja, decidieron un día aventurarse a varios viajes. Uno de ellos fue a Australia, para luego viajar a Escocia.
Terry estaba muy nervioso, pues dentro de aquella pieza de madera colgante, se escondía algo que podía ser detectado en las revisiones de los aeropuertos. ¡No parecía fácil evadir la seguridad!
Con todo, Terry y Ana pudieron pasar sin problemas, aunque hay que decir que Ana no sospechaba nada en lo absoluto. Después de todo, ¿por qué este hombre a quien ella amaba tanto haría algo a sus espaldas?
Finalmente, llegó el día en que Terry estaba decidido a confesarle lo que ocurría a Ana. Habían hecho un viaje a Escocia, y allí visitaron Pocan Smoo, una cueva que siempre habían querido ver con sus propios ojos. Ese era el momento: la intimidad, la protección del silencio, solo ellos en medio de aquel paisaje.
Pasó lo que tenía que pasar. Terry le pidió a Ana que e devolviera el collar. Ella se entregó. Con la ayuda de una navaja, Terry lo abrió en dos, se puso de rodillas frente a ella y extrajo el secreto de su interior: el anillo de compromiso. Así, Terry se declaró a Ana,con quien ya para entonces, año 2016, tenía dos años de noviazgo.
¿La respuesta? Sí. Claro que sí.
Mire este momento enternecedor con sus propios ojos: