El hallazgo de las células tumorales durmientes fue un avance significativo en la búsqueda por tratamientos para el cáncer. Sin embargo, el descubrimiento de cómo atacar esas células ha introducido un carácter revolucionario en la lucha contra esta enfermedad. Por primera vez se puede plantear eliminar todas las células cancerígenas sin miedos o recelos a que resurjan nuevamente. Conoce más sobre este tema y descubre por qué está revolucionando la medicina.
Qué son las células tumorales durmientes
Un tumor se caracteriza por el crecimiento incontrolable de las células malignas, expandiéndose a la vez por el cuerpo. Los tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia atacan directamente estas células, rompiéndolas y deshaciéndolas para eliminar el tumor.
Cuando el cáncer vuelve a surgir después de estar sometido a tratamientos eficaces, las culpadas son las células tumorales durmientes. Sin embargo, no se entendía la razón para estas células ni se sabía dónde se ocultaban. El estudio del Instituto de Oncología de Vall d’Hebron (el VHIO) ha finalmente desvelado su origen, permitiendo empezar con la búsqueda de diferentes formas de tratamiento.
La clave de este estudio está en el factor epigenético TET2. La función de esta proteína es crear reservas de células en varios puntos del cuerpo y preservarlas. Cuando pasa un imprevisto, este factor envía esas células para sustituir las dañadas. Las células que generan la piel que cierra una cicatriz son un ejemplo de esta actuación del TET2.
El problema es que el TET2 crea reservas de todas las células, incluso de las malignas. Estas no son detectadas porque no siguen el principio de crecimiento de los tumores. Permanecen inocuas y durmientes, esperando una indicación del TET2.
¿Qué cambia con este estudio?
Este estudio es muy importante para el desarrollo de nuevas formas de tratamiento más eficaces contra el cáncer.
Hasta ahora, todos los tratamientos actúan sobre las células activas. De hecho, solo son efectivos porque atacan las células malignas cuando estas se reproducen. Sin embargo, no tienen cualquier efecto sobre las células tumorales durmientes ya que estas están desactivadas y en una reserva.
Este estudio ha finalmente encontrado el culpable por el surgimiento de estas reservas. Será posible ahora crear estrategias que ayuden a controlar la actuación de este factor epigenético para prevenir el surgimiento de células tumorales durmientes y el consecuente resurgimiento del cáncer.
Tratamientos para eliminar células tumorales durmientes
Hasta octubre de 2017 no se sabía cómo era posible el resurgimiento de los tumores. Incluso después de sesiones efectivas de quimioterapia y radioterapia para eliminar el cáncer, siempre quedaba la posibilidad de que regresara sorpresivamente.
En esta fecha fue publicado uno de los primeros estudios relevantes que comprobaba que los tumores volvían por culpa de células tumorales durmientes. El tratamiento aplicado para atacar estas células pasó a ser uno de prevención. El objetivo era aumentar la capacidad inmunológica del paciente y dejar que el organismo repeliera esas células y las rompiera.
El estudio del VHIO representa así un importante paso hacia delante en la búsqueda de un tratamiento eficaz. Ahora ya se sabe por qué existen estas células tumorales durmientes, sus causas y dónde están.
Los tratamientos están todavía en fase probatoria. Sin embargo, los primeros experimentos han tenido ya resultados promisorios. Aunque solo hayan sido usados modelos animales, la inhibición del TET2 ha llevado a la muerte de 19 tipos de cáncer. Queda ahora esperar por el desarrollo de un fármaco o tratamiento adecuado para humanos con este objetivo.
Tratamientos naturales
Infelizmente no existe todavía un tratamiento totalmente efectivo tanto contra las células activas del cáncer como las durmientes. La quimioterapia y radioterapia son los recursos más avanzados hasta ahora pero tienen efectos secundarios muy fuertes y debilitantes.
Sin embargo, puedes recurrir a tratamientos naturales para ayudar a controlar el crecimiento de estos tumores. Su objetivo no es la cura completa, obviamente. Más bien, siguen el mismo principio del primer tratamiento contra las células tumorales durmientes, es decir, refuerzan el sistema inmunitario para proveerle armas para combatir el cáncer.
Vitamina D3
Una de las funciones de la vitamina D3 es provocar una especie de “suicidio” colectivo de las células dañadas en el organismo. Esta función también se aplica a las células tumorales. Muchas presentan mutaciones o daños por su crecimiento incontrolable y anormal, y cuando reciben la indicación de esta vitamina empieza un proceso de autodestrucción.
El aumento de la ingesta de vitamina D3 puede ayudar a desacelerar la expansión del cáncer. Infelizmente no tiene cualquier efecto en células cancerígenas sin daños y células tumorales durmientes ya que no están activas.
Antioxidantes
Aumentar el consumo de antioxidantes previene no solo la debilidad celular del organismo, también ayuda a controlar la expansión de los tumores. Son ellos los responsables por combatir los radicales libres. Como les falta un átomo, estos radicales intentan “robar” los de las demás células, dañándolas en el proceso.
El aumento de la ingesta de antioxidantes, comiendo más frutos rojos por ejemplo, ayuda así a reforzar el sistema inmunitario y apoya el bienestar celular, volviendo más difícil la propagación de las células cancerígenas.
Antiinflamatorios
Los tejidos inflamados están más susceptibles y débiles ante el avance de las células tumorales. Además, al requerir la actuación del sistema inmunitario termina debilitándolo al hacerlo dividir sus atenciones entre las células tumorales y la inflamación.
Aumenta el consumo de alimentos con propiedades antiinflamatorias para apoyar el sistema inmunitario y reducir las oportunidades de expansión del cáncer. La cúrcuma es particularmente rica en propiedades antiinflamatorias, pero tienes también la cebolla, apio, puerro, o incluso jarabe de cereza.
El descubrimiento de las células tumorales durmientes, su función y localización han sido pasos importantes en la demanda por una cura efectiva del cáncer. Mientras se espera por un nuevo tratamiento para esta dolencia, no olvides comer sano y variado y practicar ejercicios físicos. Las buenas costumbres apoyan el organismo y refuerzan el sistema inmunitario para que el cuerpo esté fuerte para combatir cualquier dolencia que se presente.
Recuerda que es siempre mejor prevenir que curar y en el caso del cáncer en el cual no hay mucho que se pueda hacer, todos los pequeños pasos y actitudes son importantes.
Para saber más sobre el estudio de VHIO, echa un vistazo a la entrevista y reportaje a continuación: