¿No le ha pasado que,a pesar de haber comido bien, usted siente unos deseos incontrolables de comer o “picar” algo a cada rato, especialmente en las tardes y las noches? Seguramente usted no quisiera hacerlo, pues sabe que ese comportamiento compulsivo con la comida trae consecuencias en su aspecto físico y en su salud, pero no hay forma de que se pueda controlar.
Ante este escenario, algunos le echan la culpa a los cambios hormonales, pero una vez que los problemas hormonales son atendidos y regulados con medicación, persiste el comportamiento. Otros, muy probablemente usted, se han preguntado si su problema de compulsión por comer es causado por la falta de voluntad.
Pero sepa que, en realidad, hay razones fundamentadas que explican este comportamiento, Existen hábitos y costumbres en nuestra rutina que generan aumento de apetito. No es solo porque usted tenga una mente de “gordita”, es porque su cuerpo responde a sus hábitos y reclama cuotas de compensación.
En este artículo le enseñaremos cuáles son los hábitos y costumbres que inciden en el aumento de la ansiedad por comer. Si usted hace conciencia de ellos y logra regularlos, entonces habrá ganado la mitad de la batalla contra el exceso de peso y la adicción a la comida.
Además, en el video al final de este artículo, un especialista nos explicará qué vitaminas serán perfectas para evitar esos antojitos nocturnos.
5 motivos por los cuales comemos compulsivamente
La falta de agua en el cuerpo
El agua es fundamental en nuestro organismo. Una persona necesita tomar alrededor de unos 7 u 8 vasos de agua diarios según su peso (a más peso más agua). Parte de los problemas del bajo consumo de agua son:
- La retención de líquido (hidropesia), que se genera porque el cuerpo recibe la señal de que debe reservar todo el líquido que pueda dada su escasez. Como consecuencia, el cuerpo se hincha y acumula peso y volumen.
- Confusión entre sed y hambre. Mucha gente no lo sabe, pero la sed se puede confundir con el hambre. Evidentemente, cuando esto ocurre la persona corre a comer, y por tanto obliga al organismo a consumir más alimento del que necesita, provocando el aumento de peso.
Falta de sueño
Estudios recientes han demostrado de manera más que suficiente que las rutinas de sueño están directamente relacionadas con nuestros hábitos alimenticios. El sueño actúa como un regulador del apetito: mientras más descanse una persona, más controlado será su apetito y tomará mejores decisiones alimenticias. Por eso, lo recomendable para un adulto es que duerma al menos 7 horas diarias.
Estrés
El estrés induce a la compulsión por los alimentos. De hecho, una mala rutina de sueño genera y/o revela estrés, y por eso estos puntos están muy relacionados. Es necesario estar muy conscientes de nuestros niveles de estrés. Ello nos permitirá evitar los atracones de comida en medio de nuestras jornadas de trabajo.
Consumo excesivo de carbohidratos refinados
Ningún alimentos es malo en sí mismo si lo consumimos con moderación. Eso pasa con los carbohidratos refinados. Una pequeña porción diaria no hará daño. Sin embargo, la vida actual nos expone a un alto consumo de estos alimentos, lo que produce picos en los niveles de azúcar en la sangre que reclaman más comida para volver al “equilibrio”. En la medida en que bajemos la ingesta de carbohidratos nuestra compulsión por las meriendas fuera de hora disminuirá.
Grasas
El consumo excesivo de grasas es otro de los problemas. Lamentablemente, para muchos las grasas, tales como frituras, snacks industrializados o grasas animales, están asociadas al sabor y al placer, pero existen grasas saludables por las que podemos optar y que contienen gran sabor. Pueden encontrarse estas grasas buenas en el aguacate, el huevo y el pescado. Además, el aceite de oliva crudo es una estupenda opción para saborizar nuestros alimentos a cambio de una buena dosis de salud.
¡Ya lo sabe! Si desea reducir la compulsión por la comida y bajar esos kilitos de más, no tiene que hacer dietas complicadas. Simplemente:
- Tome mucha agua.
- Duerma bien.
- Haga ejercicio para activar el metabolismo y liberar el estrés acumulado.
- Reduzca las porciones de carbohidratos refinados por día.
- Consuma más grasas buenas y disminuya las grasas malas al mínimo.
No se pierda este interesante video, un especialista le explicará cómo vencer esos antojitos nocturnos: