De acuerdo con el Instituto Nacional del Câncer (INCA), el cáncer de cuello uterino es causado por la contaminación por un virus, el virus del papiloma humano, mejor conocido como VPH. Este causa infecciones persistentes que pueden conducir a cambios en la estructura celular, generando así cáncer cervical o de cuello uterino.
Según el Ministerio de Salud de Brasil, este es el “segundo tumor más frecuente en la población femenina, solo por detrás del cáncer de mama. También es la cuarta causa principal de muerte de mujeres por cáncer en Brasil. Cada año, causa 4.800 muertes y presenta 18.430 casos nuevos”.
Por mucho que uno tengas información sobre la enfermedad, a menudo esta pasa desapercibida porque es asintomática durante un período. Sin embargo, siempre hay algunas pistas. Mira cuáles son los síntomas del cáncer de cuello uterino.
Síntomas del cáncer de cuello uterino
El primer período en el que se desarrolla la enfermedad, normalmente, no presenta síntomas y, por lo tanto, es muy peligroso. Sin embargo, cuando comienzan a aparecer, algunos son los más comunes. Mira cuáles son.
1. Sangrado vaginal
Es común que las mujeres tengan sangrado vaginal cuando el cáncer de cuello uterino ya está instalado. Este sangrado ocurre principalmente después de las relaciones sexuales. Sin embargo, también puede ocurrir entre las menstruaciones y después de la menopausia.
Es importante estar siempre atento a este tipo de manifestación en tu cuerpo, ya que el sangrado generalmente no es común. El sangrado también puede ocurrir, incluso en casos más avanzados.
2. Leucorrea
También conocido como flujo vaginal. Este es uno de los signos más comunes pero más fáciles de confundir con otras enfermedades. Muchas mujeres simplemente ignoran esta advertencia, intentan automedicarse y ponerse buenas por sí mismas porque piensan que es una infección común.
Esto empeora el caso. Es importante acudir al ginecólogo cuando existe una descarga característica, con un tono bien oscuro y mal olor.
3. Dolores
También es posible que el cuerpo empiece a dar otros signos más claros: dolores en la región abdominal, más específicamente en la base del abdomen, donde se encuentra el cuello uterino, pudiendo irradiarse. La parte baja de la espalda también puede presentar dolores, como si se debiera a una mala postura o al cargar mucho peso, y puede llegar a doler mucho.
4. Pérdida de apetito
La persona que tiene cáncer de cuello uterino experimenta repentinamente falta de hambre. En esos casos, comer un plato entero para almorzar o incluso ese dulce que tanto te gusta puede no parecerte tan agradable. En consecuencia, la pérdida de peso es segura, lo que hace evidente que algo está mal en tu organismo.
5. Obstrucción de las vías urinarias e intestinales
Al pasar la mano por la región inferior del abdomen, puedes notar una masa palpable presente en el cuello uterino. Esta misma masa entorpece el paso de la orina y las heces, lo que dificulta el proceso de limpieza del organismo y obstruye el tracto urinario y el intestinal.
Causas
La causa de la enfermedad es la contaminación con el virus del VPH, transmitido principalmente a través de las relaciones sexuales o el uso de material contaminado. Este hace que aparezcan verrugas genitales en el exterior y heridas en el interior de la vulva. Además de ello, puede causar mutaciones celulares, causando cáncer.
Existen factores que aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad: cantidad de parejas sexuales, inicio temprano de la vida sexual, tabaquismo y baja inmunidad. Además de ello, si no se realiza la prevención con regularidad, la mala higiene y los antecedentes familiares también influyen.
¿Tiene cura?
Muy fáciles de identificar en la consulta anual (o cada seis meses para mujeres con muchas parejas), la enfermedad generalmente es curable, principalmente cuando se diagnostica temprano. Por eso, es esencial hacerse el examen preventivo cuando se solicita, porque es este examen el que detecta la dolencia.
Cuando se diagnostica más tarde, existe la posibilidad de una cura total del cáncer, pero el porcentaje se reduce a medida que pasa el tiempo. Según el doctor Dráuzio Varella, “cuando se diagnostica en una fase no invasiva o en la etapa I, existe un alto porcentaje de curación (entre 80 y 90%). Existe una posibilidad en las etapas posteriores, pero disminuye a medida que el cuadro avanza más”.
Tratamiento
Cuanto antes se diagnostique, más fácil será el tratamiento. Cuando todavía son lesiones premalignas, se debe elegir destruir las lesiones precursoras, evitando una expansión. Cuando se trata de tumores malignos, se puede realizar una cirugía para extirparlos.
Además, si la mujer está muy debilitada y no tiene la intención de tener hijos en el futuro, una opción a considerar es la extracción de órganos. Esto termina evitando problemas futuros, reinfecciones e incluso ayuda a tratar más rápido, especialmente si se combina con radio y quimioterapia.
Prevención
A medida que la esperanza de vida ha aumentado significativamente, la red de apoyo a las mujeres debería mantenerse al día con este cambio. Por lo tanto, el Sistema Único de Salud comenzó a realizar la prueba de Papanicolaou no solo en mujeres entre 25 y 59 años, expandiéndose a aquellas de hasta 64 años.
También existe la vacuna que se puede aplicar a los puestos de salud en adolescentes entre 11 y 15 años, evitando así futuros dolores de cabeza. Es gratis y hay campañas anuales para vacunar a tantas niñas como sea posible, erradicando esta enfermedad, dependiendo de cada país.