El coronavirus ha hecho que las escuelas se cierren. Todo y que los docentes cada día dan el do de pecho por impartir las clases a través de diversas plataformas online, esta situación ha puesto de manifiesto, más que nunca, las desigualdades que existen en el mundo, dado que no todo el mundo tiene acceso a internet. Es por ello que una chica de a penas 11 años caminaba a diario 3 kilómetros para poder hacer los deberes y seguir el ritmo lectivo.
Una niña caminaba a diario 3 kilómetros para poder hacer los deberes
En la ciudad de Córdoba, Argentina, hay una joven de 11 años que es todo un ejemplo a seguir. Esta caminada a diario 3 kilómetros para poder hacer los deberes. En concreto, Romina acude a la escuela Rural Leopoldo Lugones en Lutti, la provincia de Córdoba. Pero el centro educativo se cerró a causa de la covid-19.
Dado que en su domicilio realizado de adobe no podía recibir la tarea que le mandaba su profesora, ella andaba en subida hasta una loma, que era el punto donde sí que conseguía obtener la señal con todos sus utensilios escolares.
Los esfuerzos de Romina comenzaron después del 20 de marzo, cuando se decretó la cuarentena por el coronavirus. Sandra Suárez, la profesora de los niños de cinco familias que van a la escuela rural dejaron de tener clases presenciales, de la misma manera que sucedió en el resto del país. En ese momento, comenzó el resto de estudiar a distancia.
La maestra que vive a 40 kilómetros de Lutti, según recoge de Radio Rafaela, comentó que “Les enviaba semanalmente la tarea por Whatsapp, y luego ellos me respondían con las actividades completas. Los llamaba para dar devoluciones”.
Las clases online comienzan a las 9 de la mañana y acaban a la hora del mediodía. “Romina es la primera en establecer el contacto. Soy su maestra desde nivel inicial así que viví de cerca toda su evolución, conozco su varias habilidades: es muy inteligente y resolutiva”, afirma Sandra.
La historia se viralizó
El esfuerzo de Romina tuvo su recompensa cuando una empresa instaló una antena de internet en su casa. Eso ocurrió después de que la historia de la joven se viralizara en los medios.
Todo comenzó un día cuando durante un intercambio de ideas, la maestra escuchó una mañana al otro lado del teléfono a la madre de Romina decirle ” Dale Romi, que tenemos que volver a casa a preparar el almuerzo”. Atónita, Sandra le preguntó: “¿dónde están?”, y la respuesta la dejó aún más perpleja: “Acá en en la cima de la lomita, porque no tengo señal en casa para descargar las actividades”.
Un grupo de proveedores de internet independientes se juntaron para ponerle el servicio a su casa. Los expertos demoraron cuatro días trasladando todas las herramientas que eran precisas. El viaje fue de cuatro horas. De estas dos fueron por rutas de ripio.
Ahora, Romina puede estudiar desde su casa con mucha más rapidez que antes, y está muy feliz. “Todo es más fácil, puedo llamar por videollamada a Sandra y lo que no sé ahora lo busco en Google, cosa que antes no podía”, comentó Romina.
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Para finalizar, en el próximo vídeo puedes conocer unos consejos muy útiles para estudiar en tiempos de pandemia desde casa.