Desde hace más de 10 años, Yaz decidió abrirle las puertas de su hogar a quien por muchos años consideró parte de la familia, su amigo perruno Bobby. Lamentablemente la vida de Yaz tuvo un giro trágico e inesperado cuando de la noche a la mañana perdió la vida debido a un accidente automovilístico.
Según las costumbres de la familia de Yaz, la ceremonia para despedir los cuerpos de los difuntos se hacía en la propia casa. Eso hicieron con el cuerpo de Yaz, despedirlo juntos a sus seres queridos en su propio hogar, donde se encontraba Bobby.
Desde que llegó el ataúd, Bobby parecía como si hubiese reconocido el olor de su querido dueño, ya que no se despegó ni por un segundo del lugar del velorio.
Al finalizar la ceremonia, debían trasladar el cuerpo de Yaz, desde su casa hasta el cementerio. Lo hicieron caminando y cargando el ataúd, ya que la distancia era de sólo 3 kilómetros.
La procesión funeraria salió, pero para sorpresa de todos, Bobby se encontraba en ella acompañando a su querido dueño Yaz.
Bobby parecía saber lo que estaba sucediendo, se mostraba triste, desconsolado y con la mirada muy baja. Caminó sin parar hasta llegar al lugar, pero cuando lo hizo la familia de Yaz decidió tomarlo en brazos y buscar calmar su tristeza.
Esperemos que con el pasar de los meses, Bobby haya podido seguir adelante como el perro feliz que siempre fue. Por otro lado, deseamos profundamente que Yaz esté descansando en paz.
El caso anterior es la demostración de que el amor de un dueño con su mascota puede ser en extremo muy fuerte, la amistad entre un perro y su dueño puede durar hasta después de la muerte.
Bobby no es el único perrito que ha asistido al funeral de su dueño, le presentamos otro caso muy conmovedor:
Definitivamente el perro es el mejor amigo del hombre.
¡Comparta esta hermosa historia!