Tener buen corazón y empatía con los que más lo necesitan son dos aptitudes que no todo el mundo tiene, por desgracia. Por lo general, se suele juzgar a las personas por lo que tienen y/o por las apariencias, en vez de por lo que son. Pero dicho prejuicio no lo siguió una mesera en Estados Unidos ya que la camarera da comida a un mendigo sin saber quién era de verdad.
Camarera da comida a un mendigo y resulta ser su jefe
Indigentes, gente que pide en la calle o personas que tienen profesiones poco valoradas suelen ser repudiadas por la sociedad. Por eso, cuando alguien se acerca a ellos y/o tiene un comportamiento de cordialidad es visto como un extraño.
Eso mismo le pasó Maria. Esta camarera da comida a un mendigo en un restaurante de Texas, Estados Unidos. Ella se saltó las normas del comercio, las cuales no permitían que se alimentase a vagabundos. Tanto es así que ante las críticas recibidas por parte de sus compañeros, Maria se comprometió a pagar de su bolsillo la cuenta del mendigo.
La historia del jefe que se disfraza de pobre
Un hombre con ropas sucias y desaliñado entró en un restaurante. Su olor y aspecto hicieron que algunos comensales se distanciasen de él. Igualmente, nadie lo quisiese atender, excepto Maria. Ella le trató con la misma amabilidad que al resto de clientes.
Tanto los comensales como sus compañeros la miraron asombraros hasta el punto que el gerente le recordó las normas del establecimiento. Por tanto, si el cliente no pagaba, sería ella quien correría con los gastos. La chica aceptó sin problemas y siguió sirviendo al linyera.
El gran asombro de la camarera da comida a un mendigo fue cuando el cliente pidió la cuenta. Éste pagó lo que había consumido. Asimismo, dejó una propina de 100$ debajo de los platos vacíos para Maria.
Mensaje de agradecimiento
Junto con la gratificación monetaria, el hombre dejó una postal con un precioso mensaje. En él destacaba el respeto que él le procesaba a la mesera. También recalcó que ella misma se respetaba por la manera tan cordial en que trata a las personas. “Tú has encontrado el secreto de la felicidad. Tus gestos bondadosos te guiarán entre los que te conocen.”
Lo más sorprendente es que quien escribió la nota fue el dueño del restaurante. Éste se vistió como un pordiosero y fue hasta su establecimiento. Así quiso verificar cómo era la calidad y el atendimiento en su negocio.
El grato trato que Maria brindó a su jefe encubierto de mendigo, fue recompensado con un ascenso para ella. La camarera se lo merecía por no juzgar a nadie por su apariencia y atender a todo el mundo con la misma amabilidad.
Conoce aquí la historia de un mendigo que le entró una carta a una joven, al cual cambió su vida.
Para acabar, conoce la recompensa que recibió una mesera que sirvió durante 7 años con una sonrisa a un cliente muy exigente.