El el Hospital Infantil de Atlanta, en Estado Unidos, una mujer había dado a luz en la semana 25. Su niño prematuro enfrentaba una lucha entre la vida y la muerte, desde su nacimiento se encontraba en una incubadora.
No era una situación sencilla para esta madre, que además tenía otra hija a la cual cuidar. Por un lado, el bebé recién nacido requería de atención y calor humano, pues bien es sabido que el contacto humano cura y alivia. Por otro lado, su hija no podía estar sola, pero tampoco permanecer en el hospital, pues las normas no lo permiten.
Dividida, la mujer tenía que dejar al bebé solo en el hospital durante buena parte del día, lo que la llenaba de culpa, como es de suponer. ¿Cómo se sentiría aquel pequeño sin compañía, sin calor humano?
Un día, regresó al hospital como de costumbre y fue testigo de una escena que la marcaría para siempre: un hombre desconocido cargaba a su bebé en brazos. Al verla, le dijo: “soy el abuelo extra del hospital”. De inmediato, ella comprendió todo.
Este hombre se llama David Deutchman, y desde que se jubiló de su trabajo, ha dedicado su vida como voluntario del hospital infantil de Atlanta. 12 años han pasado desde el día en que Deutchman decidió dar lo mejor de sí al servicio de los demás.
¿A qué se dedica exactamente? Deutchman se dedica a acunar bebés para que perciban calor humano y se recuperen más rápido, atiende a los padres y escucha sus preocupaciones, y apoya en aquello que se le solicite dentro del hospital.
Deutchman tiene dos hijas y dos nietas. Hoy cuenta con 82 años, y dice haber encontrado una misión que cumplir, que lo llena de satisfacciones, a tal punto, que siente que el tiempo se le ha pasado sin notarlo.
La madre de esta criatura le tomó una foto que compartió en Facebook, y que hoy le ha dado la vuelta al mundo. Si quiere conocer más, vea el siguiente vídeo: