Tales Pereira trabajó toda su vida limpiando las calles de Goiânia, en Brasil, para que su hija, Aline de Castro, pudiera tener una buena educación y algún día fuese médica. Él mismo incluso financió un colegio privado para la escuela secundaria de su hija.
Todo el trabajo del padre está a punto de convertirse en un sueño porque la hija pronto se recibirá de médica y dedica esta victoria al padre en la invitación de su graduación:
“A mi padre, estoy profundamente agradecida por haberte tenido cada día conmigo, haciendo todo lo posible para ayudarme a cumplir con mis obligaciones y preocupándote por mi bienestar y apoyándome con las más diversas formas de amor. Eres mi mejor ejemplo de lucha y determinación para vencer en la vida”.
Con el fallecimiento de la madre con cáncer de estómago, cuando Aline todavía era una niña, el padre tuvo que asumir el papel de padre y madre. Fue la enfermedad de la madre lo que llevó a Aline a convertirse en médica y el padre no puede contener la emoción de todo lo que su hija alcanzó.
