ayudó en el parto improvisado de su bisnieto
Crédito de la imagen: Razoesparaacreditar

Una mujer de 77 años ayudó en el parto improvisado de su bisnieto

Nunca había ayudado en ningún parto sí que había visto algunos porque trabajó en un centro médico

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En ocasiones, hay partos que se programan, como es el caso de las cesáreas. Por lo tanto, los padres ya saben en qué día nacerán sus hijos. Pero en otras ocasiones, o incluso ya estando programados, pueden darse situaciones en las que el bebé venga de improvisto y no dé tiempo ni siquiera de llegar al hospital. Un claro ejemplo es el de la mujer de 77 años que ayudó en el parto improvisado de su bisnieto.

Ayudó en el parto improvisado de su bisnieto a sus 77 años

En la semana 37 de gestación, Nara Letícia empezó a sentir unos fuertes dolores en al madrugada del lunes día 14 alrededor de las 5 de la mañana. Su abuela, Neinha Castro llamó en seguida a los servicios médicos, pero el bebé tenía mucha prisa por llegar al mundo. Eso hizo que fuese ella quien ayudó en el parto improvisado de su bisnieto.

En un relato recogido por Razoes para acreditar, Nara Letícia cuenta que ella “no había sentido contracciones. El embarazo fue muy tranquilo. Por eso, podría haber llegado hasta la semana 41. Pero Oto quiso nacer y no había manera. Cuando mi abuela dijo “él va a nacer”, me dijo que me tumbase en al cama”.

Chico Couto, el padre de la criatura, también estuvo presente en el nacimiento de su hijo y acompañó lo que ocurrió con recelo. “Yo no necesité ni hacer fuerza para que mi hijo naciese. El cordón umbilical estaba alrededor del cuello del bebé, pero la abuela consiguió tirar de él y el bebé lloró por primera vez”.

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La bisabuela nunca había ayudado en un parto

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La recién estrenada bisabuela de 77 años contó que nunca había hecho de comadrona o médico en un parto. No obstante, durante varios años trabajó en una casa de salud en São Raimundo Nonato, Piauí, en Teresina, Brasil. Ahí tuvo la oportunidad de ver algunos nacimientos.

“Yo trabajaba en la parte burocrática, pero siempre tuve curiosidad cuando llegaba una mujer embarazada. Cuando había un parto, miraba lo que el médico hacía y las orientaciones que él daba y me acordé de todo eso. También me ayudó el hecho de que mi nieta estuviese tranquila. Eso me dio tranquilidad”.

Neinha también dijo que tuvo otra ayuda durante el parto ya que “el nombre del bebé, Oto, es el mismo que el de mi difunto marido. Por lo tanto, quién sabe si el bisabuelo también ayudó para que todo saliese bien”.

Conoce la experiencia que vivieron unos hombres con un simulador para que vieran los dolores que siente una mujer al parir.

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Para finalizar, en el siguiente vídeo podrá asistir a  otro parto inusual que ocurrió en plena calle.

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