La época actual está dominada por tres factores: un sistema económico capitalista, un discurso cientista y la mediación tecnológica como forma de vida social, incluso. Todo esto es asumido como progreso, y esta palabra es usada para distinguirse de los tiempo antiguos considerados “retrasados”.
Este es el caso de la Edad Media, sobre la que pesa el estigma de haber sido una “edad oscura” como consecuencia de los “pocos” avances que pudo hacer la ciencia en un ambiente cultural dominado por la religión y el miedo al misterio.
Esta percepción no solo es exagerada, porque no hubiera podido haber Renacimiento sin los avances del medioevo, sino que no es cierta. Veamos por qué:
Hoy en día un grupo de científicos se han dado a la tarea de volver sobre el conocimiento medieval para resolver lo que la ciencia médica moderna no ha podido. Explicaremos el asunto de inmediato.
Los antibióticos en el mundo actual: un problema a resolver
Estudios recientes sugieren que en el mundo actual está aumentando la resistencia a los antibióticos farmacéuticos. Se estima que unas 700 mil personas mueren anualmente como consecuencia de esta resistencia.
Las estadísticas son alarmantes, puesto que se espera, según las fuentes consultadas, que para el año 2050 hayan muerto unos 300 millones de personas por la resistencia a los antibióticos.
Al parecer, las farmacéuticas no están en capacidad de dar respuesta al problema, sea por falta de incentivos o por el modo en que es dirigido su negocio. Pero un grupo de personas se ha comprometido con emprender un camino distinto.
El Ancientbiotics Team
Se trata de un equipo interdisciplinario, conformado por microbiólogos, parasitólogos, farmacéuticos, químicos y, aunque suene extraño, medievalistas. Sí. Historiadores expertos en el Medioevo. Se han hecho llamar “The Ancientbiotics Team”, un juego de palabras en inglés que significa algo así como el equipo de los “antiguo-bióticos”.
Se sabe de la existencia de un libro del siglo XV llamado “El lirio de las medicinas”. En este libro, se recogen muchas recetas que eran utilizadas en tiempos antiguos para tratar muchas enfermedades.
El Ancientbiotics Team ha emprendido un conjunto de experimentos de laboratorio destinado a poner a prueba las recetas. Particularmente han probado una que fue diseñada para tratar infecciones oculares, en la que se usan ingredientes como el ajo, la cebolla, sales biliares y elementos como el cobre.
La combinación de esta fórmula ha demostrado tener un potente efecto antibiótico, y ser absolutamente efectiva para el objetivo con que se creó.
Esto implica, según la investigadora Freya Harrison, Ph.D., profesora de la Universidad de Nottingham, que los antiguos tenían conocimientos sólidos y que existe un enorme potencial sin explotar en la literatura médica medieval.
Los descubrimientos de los antiguos
Alimentos como la cebolla, el ajo, el puerro y otros de la familia allium, tienen propiedades antibióticas y antimicóticas, contienen aminoácidos, flavonoides, taninos y otras sustancias fundamentales en los procesos de curación.
Los antiguos usaban también plata coloidal, la cual tiene también propiedades antibacterianas. De hecho, las generaciones del pasado usaban implementos de plata para comer pues habían descubierto que así contraían menos infecciones. En efecto, bajas dosis de plata pueden ayudar a combatir las infecciones bacterianas.
¿Qué opciones tomar?
Las investigaciones actuales aun no son concluyentes, pero este grupo multidisciplinario continúa en el proyecto de redescubrir los conocimientos de los antiguos y expresa también la convicción de que es necesario fijar posición en cuanto a este problema de salud mundial causado por la resistencia a los antibióticos químicos.
Por lo tanto, de acuerdo con el Dr. Mercola, el grupo recomienda:
- Limitar el consumo de antibióticos a lo estrictamente necesario.
- Aumentar los niveles de vitamina D y vitamina K2, sobre todo durante el embarazo.
- mantener buenos niveles de vitamina C.
- Incluir en la dieta alimentos como el orégano, el ajo, la equinácea o el aceite de árbol de té.
- Acudir a la miel para tratamientos tópicos.
- Lavarse las manos frecuentemente con agua tibia y jabón común.
- Preferir los alimentos orgánicos, ya que sus productores no utilizan antibióticos en el proceso.
Para saber más sobre lo bueno y lo malo de la medicina antigua, vea el siguiente vídeo: