Tyrel Wolf tenía apenas 7 años cuando su madre le animó a participar en el programa de donativos para países en extrema necesidad de la fundación Samaritan’s Purse.
Su misión era simple, pero a la vez profunda. Tyrel tenía que escoger un obsequio para compartir con algún niño necesitado del mundo. Fue así como poco tiempo después, este obsequio llegaría a manos de una niña muy agradecida. ¿Su nombre? Joana Marchan, de Filipinas.
En una caja de zapatos navideños, Tyrel había colocado suministros y, junto a ellos, una foto suya luciendo un disfraz de vaquero. Ese obsequio que Tyrel le envió, significó mucho para Joana, tanto que, de hecho, se propuso encontrarlo algún día para agradecerle el gesto.
Pero ninguno de los dos podía imaginar lo que el tiempo les traería. Corría el año 2011 cuando el destino jugó una movida en favor de estas dos almas. Joana pudo, finalmente encontrar a Tyrel para agradecerle personalmente lo que hizo por ella 14 años atrás.
El encuentro ocurrió con la ayuda de la tecnología. A través de Facebook, Joana encontró el perfil de Tyrel y le pidió amistad. Desde entonces, muchos fueron los chats, los likes intercambiados, los archivos compartidos, hasta que Tyrel decidió tomarse 10 días de vacaciones en Filipinas.
Ya ellos compartían no solo los gustos e intereses, sino la fe cristiana. Ahora, tendrían la oportunidad de conocerse frente a frente y compartir de verdad.
Al verse, sencillamente, se entregaron al amor. Tyrel y Joana se enamoraron locamente. Cuando Tyrel regresó a Estados Unidos no lo pensó mucho más. Regresó a Filipinas y le pidió matrimonio a Joana, quien aceptó.
Se casaron finalmente en 2014, y el días de la boda, parte de la celebración consistió en pedirle a los invitados que envolvieran cajas de regalo de navidad para compartir con otros niños en el mundo. Así, muchos conocerían en poder de transformación de la generosidad.
Hoy en día, ya tienen una familia constituida. Paras Joana y Tyrel, finalmente, hubo un final feliz.
Conozca su historia en este vídeo:
