Se suele decir que la amistad es un contrato unilateral. Las personas deciden, de forma inconsciente, cuando establecer lazos de lealtad con alguien. El problema surge cuando la otra persona tiene intenciones o intereses diversos. En este punto, surgen las relaciones mal influyentes. Mira cómo identificar y qué hacer con las amistades tóxicas.
Características de las amistades tóxicas
Cada amistad es una relación distinta. No obstante, existen trazos identificables para saber cuando una persona, que se supone que es incondicional, va por mal camino.
Imposiciones
La presión social es una de las formas de conducir por caminos o hacer tomar opciones contra la voluntad de la persona. Por norma, esto sucede por el temor a no ser aceptado en un determinado grupo. Un claro ejemplo son invitaciones, decisiones o incluso acciones. Dicho de otra forma, se trata de pequeñas imposiciones que condicionan la relación, dejando tu forma de ser hacía un lado.
No se te escucha
En estas amistades tóxicas no escuchan tu opinión. En la misma línea de las imposiciones, esta característica denota que la amistad está sólo del otro lado, ignorando tu forma de ser y de pensar. Esta actitud, con el tiempo y la presión, hace con que hagas sólo lo que el otro quiere, siendo un modo de manipulación. En definitiva, la otra persona es egoísta.
Cambios bruscos en la relación
Durante los primeros tiempos, la amistad parece ser normal. Incluso puede parecer que es genuina, como deben ser este tipo de relaciones. Exceso de simpatía, amabilidad y compañerismo son algunas actitudes que se dan. Luego, de repente, se produce un cambio drástico. Esto es un detonantes de las amistades tóxicas ya que están construida sobre intereses e intenciones. Se convierte en una relación egocéntrica y absorbente.
Contexto
Aunque pueda ser un prejuicio, el contexto y las circunstancias donde conocer a la otra persona influye bastante. Los círculos por donde el otro individuo se mueve dicen mucho acerca de su personalidad, carácter y forma de ser. Esto es apenas un indicador de cómo puede ser la amistad, por eso es conveniente tener en cuenta este aspecto.
Cambios en ti
No es por casualidad que la sabiduría popular dice “dime con quién andas y te diré quien eres”. Las amistades son capaces, para lo bueno y lo malo, de modificar y alterar no sólo el comportamiento, sino la forma de ser.
Asimismo, si notas cambios inesperados y bruscos en tu conducta, puede que alguna amistad esté influyendo negativamente. Para esto siempre es importante creer y saber valorar la opinión de las personas más cercanas, como viejos conocidos o familiares. El tiempo es el único juez que pone a prueba las amistades.
Después de identificar la relación, es decir, de reconocer lo que te está afectando, lo más sensato es alejarse paulatinamente. Ten en cuenta que nadie está obligado a corresponder a una amistad.
Debes mantenerte te inteligencia emocional y ser fiel a tus principios, a los valores con los que realmente te identificas y no a lo que los demás dicen que debes ser.
Normalmente, la amistad tóxica es por factores de conveniencia de la otra persona hacia ti. Por tanto, en el momento que demuestras desinterés, ésta se alejará naturalmente.
Lo más importante es reconocer a tiempo este tipo de relaciones, antes de que acabe afectando no sólo tu día a día, sino también la relación que mantienes con personas que de verdad te estiman. Recuerda que hay mucha envidia y por culpa de ella tu vida puede ir a peor.
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Consejo final:
A veces, este tipo de situaciones pueden ir a más. La presión social, aunque no parezca, puede ser contraproducente y llevarte por caminos realmente negativos. En estas situaciones, buscar ayuda en un especialista o psicólogo será de gran ayuda.
Para finalizar, en el siguiente vídeo podrás ver cómo manejar tu inteligencia emocional para no dejarte manipular.