Momentos de estrés, ansiedad y depresión se manifiestan en el cuerpo en forma de heridas, pérdida de peso, apetito excesivo e incluso alopecia areata, caracterizada por la caída del cabello.
¿Qué es la alopecia?
La alopecia es la reducción parcial o completa del pelo y/o cabello en un área determinada de la piel, que puede ser barba, cejas, pubis y cuero cabelludo.
Existen varias causas de la enfermedad, la más común es la androgenética (que afecta principalmente a los hombres), traumática (cuando hay una lesión en el cuero cabelludo) y areata, asociadas con factores autoinmunes y, principalmente, estado emocional.
¿Cuáles son las causas?
En el caso de la alopecia areata, las causas están relacionadas con factores genéticos (entre el 10% y el 42% de los casos, el paciente tiene otras personas en la familia con el mismo problema) y factores inmunológicos, cuando el organismo se defiende de los factores ambientales desencadenantes.
Por ejemplo, cuando estás involucrado en un proyecto estresante en el trabajo, planeando una boda o tienes problemas familiares, tu sistema inmunológico se resentirá y desencadenará una reacción contra estos desencadenantes.
Resulta que esta reacción afecta el folículo piloso, lo que lleva a la caída del pelo y del cabello. El problema afecta a entre el 1% y el 2% de la población y afecta tanto a hombres como a mujeres de todas las edades, aunque es más común en el grupo de edad de hasta los 20 años.
Entre el 20% y el 30% de los casos están relacionados con enfermedades que afectan el sistema inmunológico y se manifiestan en períodos de estrés, como diabetes, lupus, herpes y rinitis alérgica. También están vinculado a eventos importantes, como una boda, traumas, el embarazo o una enfermedad.
Síntomas de la alopecia
El signo más evidente de la alopecia es la pérdida de cabello y de pelos, que con el tiempo van dejando fallas en el cuero cabelludo, la barba, las cejas, los brazos, las piernas y la región genital, siempre áreas lisas y redondeadas del cuerpo, a veces con un color rosado.
En general, el problema no es doloroso, pero algunas personas pueden experimentar picazón o ardor en el área donde hay pérdida de cabello.
En algunos casos, el problema se puede notar cuando los mechones se vuelven más débiles y más frágiles. Las uñas también pueden debilitarse y presentar alteraciones en el relieve, como si tuvieran agujeros.
Diagnóstico de la alopecia
Solo un dermatólogo puede hacer el diagnóstico correcto de la alopecia areata, pero los psicólogos y psiquiatras pueden señalar el problema al paciente, ya que ocurre por cuestiones y/o razones emocionales.
Antes de la consulta, es importante verificar el historial médico para que el profesional pueda descifrar si la pérdida de cabello está asociada con un problema de salud, factor genético o problemas autoinmunes.
Tan pronto como notes áreas sin cabello o sin pelos, debes consultar al médico, quien realizará las pruebas necesarias y, en algunos casos, una biopsia de la piel afectada.
Tratamiento de la alopecia
Como la alopecia areata es generada por el estrés, es común que cese tan pronto como se resuelva el problema que está afectando el estado psicológico del paciente y, así, no se realiza el tratamiento completo.
Pero vale la pena destacar que el trastorno siempre se manifestará en momentos de tensión emocional, y sin tratamiento el problema existirá durante toda la vida. Además de ello, en algunos casos, el cabello o el pelo pueden no nacer en la región afectada, y nadie quiere fallos o quedarse calvo, ¿verdad?
En general, el tratamiento incluye inyecciones de esteroides y medicamentos aplicados debajo de la piel, terapia con luz ultravioleta y medicamentos orales. El crecimiento del cabello regresa entre cuatro y ocho semanas después de las primeras aplicaciones, con inyecciones repetidas cada o seis semanas.
Si la pérdida de cabello fue radical, el tratamiento hará poca diferencia en la recuperación de las áreas afectadas.
Otros tipos de alopecia
La pérdida y el cabello se clasifican de diferentes formas:
- Congénito: relacionado con factores hereditarios, que resultan en ausencia total o parcial desde el nacimiento;
- Neurótico: cuando el individuo arranca su propio cabello, inconscientemente o no;
- Medicamentos: surge como consecuencias de tratamientos médicos, como la quimioterapia;
- Secundario: resultados de enfermedades, infecciones o trastornos de órganos internos;
- Falta de hierro: la ausencia de hierro en el organismo evita que el oxígeno llegue suficiente para el bulbo, generando mechones de cabello débiles y quebradizos. Es común entre aquellos que no consumen carne roja.
Conoce más datos sobre la caída del cabello en el siguiente vídeo.