Julián Hernández tenía solo 5 años cuando desapareció. Eso ocurrió en el año 2002, y su madre denunció la desaparición, en el estado de Alabama, con una sospecha: creía que el padre de Julián, Bobby Hernández, se lo había llevado porque él también había desaparecido.
Durante bastante tiempo, se estuvo buscando al niño, pero el caso se archivó ya que no encontraron buenas noticias.
A pesar de lo ocurrido, pasó lo inesperado. Después de 13 años de desaparición, Julián, entonces con 18 años, buscaba inscribirse en la universidad, cuando se asustó: ahí descubrió que su número de seguro social no coincidía con su nombre. ¿Cómo era posible?
Entonces, el joven contó con la ayuda de su consejero escolar y descubrieron que Julián estaba en la base de datos del Centro Nacional de Menores Desaparecidos y Explotados.
Miembros de la Fuerza de Tarea de Crímenes Violentos del FBI en Cleveland, el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados, el Departamento de Policía de Vestavia Hills y la División de Birmingham del FBI trabajaron en el caso y se confirmó que Julián Hernández había sido encontrado, dijo una portavoz del FBI.
Bobby, acusado de alejar al niño de su madre sin permiso y de alterar los documentos de su hijo, fue arrestado. La familia, que volvió a encontrar al joven, estaba inmensamente feliz. “Nuestra familia estuvo muy feliz esta de encontrar a Julián y saber que está a salvo. Queremos agradecer a todos por sus oraciones y apoyo durante la desaparición de Julián”.