La medicina utiliza el afecto y el tacto de los humanos como ayuda en las unidades de cuidados intensivos. Esta técnica ayudó a salvar la vida de un bebé prematuro nacido en 1995. Las gemelas Brielle y Kyrie nacieron 12 semanas antes y pesaban sólo 900 gramos. El padre de las nenas, Paul Jackson, dijo en una entrevista a la CNN que, a pesar del delicado momento, habían sobrevivido las primeras 78 horas cruciales. Pero la esperanza dio paso a la desesperación cuando se presentó una complicación.
Cuando tenían tres semanas de vida, la salud de Brielle era muy delicada. Esta estaba luchando por respirar, y sus niveles de oxígeno se habían desplomado. Sus latidos también eran lentos y se estaba sofocando. Fue entonces cuando la enfermera Gayle Kasparaian tomó una decisión y les preguntó a sus padres si podía probar algo que nunca antes había hecho.
Abrazo milagroso
Gayle hizo algo que cambiaría la forma en que trabajan con estos casos en los Estados Unidos. Esta colocó a Kyrie, la gemela más fuerte, en la misma incubadora que su hermana e inició el contacto piel con piel, mejor conocido como cuidado canguro.
En solo unos segundos, Kyrie envolvió su pequeño brazo alrededor de su hermana creando una escena hermosa y emocionante. Casi de inmediato, la respiración y los signos vitales de Brielle mejoraron.
Antes de esta experiencia, los gemelos y trillizos se mantenían separados por miedo a contraer infecciones. Sin embargo, tras este momento, el proceso cambió. Hoy la práctica ya se aplica a los bebés que respiran con aparatos y que nacieron prematuramente hasta las 23 semanas de gestación.
Las gemelas crecieron sanas, cómplices, compartiendo la misma visión del mundo, los mismos gustos y muy amigas.
¿Cómo están ahora?
¡Esta es una emocionante historia de superación! ¿Tienes una historia de vida que te gustaría compartir? Envía los comentarios.