¿Alguna vez te has preguntado si el ablandador de carne en el mercado puede hacerte daño? Algo tan poderoso no puede ser natural, ¿verdad? Descubra todo en este artículo, entendiendo el funcionamiento, los riesgos y los sustitutos naturales.
No siempre puedes comprar esas carnes más blandas, como el filete miñón, bistec o chuleta, por ejemplo. Sin embargo, hay una manera de hacer que esas carnes de segunda (músculo, jamón, etc.) queden más suaves y perfectas para el consumo. Además de ello, existen opciones incluso para las terceras, como la punta de la aguja o el cuello.
Para hacer esto, basta utilizar el ablandador de carne por un corto periodo de tiempo y listo, tus platos quedarán más suaves y jugosos. Sin embargo, hay dos tipos principales: ablandadores comprados listos en el mercado y naturales, utilizando lo que ofrece la naturaleza. Pero, ¿cómo actúa este? ¿Duele el ablandador de carne? Entiéndelo mejor.
Cómo funciona el ablandador de carne
La carne está compuesta de fibras que, dependiendo de su organización y capas, pueden ser más suaves o más rígidas. Esta estructura depende de varios factores, como la edad del animal o si es macho o hembra. Además, la forma de creación interfiere directamente con el sabor y la textura. Sin embargo, a diario, nadie se enfoca en estos factores, comprando lo que se ofrece en la carnicería.
Si escoges esa carne de segunda, puedes usar el ablandador de carne. Este funciona debido a las enzimas proteolíticas presentes en su composición. Cuando estas enzimas entran en contacto con la proteína (miosina) presente en las fibras, provocan una reacción que rompe los enlaces entre las moléculas. De esa manera, hace que la carne sea más suave y fácil de trabajar.
¿El ablandador es dañino?
Los ablandadores industriales son ampliamente utilizados en restaurantes e incluso en casa, y están disponibles en todos los supermercados. Pero, ¿es realmente seguro su consumo diario? En primer lugar, es importante saber de qué está hecho para poder sacar tus propias conclusiones.
Si solo fuera por los ingredientes activos, no existiría ningún problema en usar ablandadores industriales, ya que son derivados de las plantas. Entre las enzimas más utilizadas se encuentran la papaína (de papaya), la bromelina (de piña) y la ficina (de higo). Pero también tienen otras sustancias, para dar color y sabor.
Entre ellos se encuentra el glutamato monosódico, formado por ácido glutámico, sodio y contaminantes. Este es famoso por darle ese sabor especial, el umani o quinto sabor. Esta excito-toxina puede conducir a problemas graves, como problemas de aprendizaje, Parkinson, Alzheimer, Lou Gehrig y muchos otros. Entonces, lo ideal es optar por versiones más naturales o usarlo con parsimonia.
Cómo usarlo
Para usar el ablandador industrial es muy simple, basta colocar la cantidad indicada en el paquete y sazonar la carne normalmente. La cantidad de enzima utilizada es menor, entonces, no necesitas marinar y sacarla, cocinando tu receta como de costumbre. Esta continuará actuando durante el proceso de cocción.
En lo que respecta a los naturales, estos son mucho más fuertes y solo lleva unos minutos hacer el trabajo. Para esto, puedes marinar la carne durante 10 a 15 minutos en zumo de piña, papaya verde, higo o incluso limón y vinagre. En seguida, retírala de la marinada y prepáralo como de costumbre, obteniendo así una comida natural, blanda y más sabrosa.
Cuidados a tener en cuenta
Es fundamental que, en caso de que optes por usar el ablandador industrial, no lo utilices todos los días. Esto se debe a que el glutamato monosódico puede, a mediano plazo, traer muchas complicaciones para la salud. Compra también una marca conocida por su calidad, evitando llevarte gato por liebre, es decir, mucho sabor y color y poca enzima.
En cuanto a los ablandadores naturales, es fundamental verificar si las personas que van a comer no son alérgicas. Además de ello, es importante estar al tanto del momento en que se marinará la carne. Esto es porque puedes pasar el punto y quedarte completamente fuera de valor para cocinar la carne después.