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Mujer da a luz y al ver que su bebé nació con síndrome de Down lo abandonó

Algunas personas comenten errores ante la imposibilidad de manejar las crisis, pero luego pueden recapacitar

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Esta noticia suena terrible desde su título, pero ya verá usted que no lo es tanto como parece, sin negar el hecho de que, de entrada, algo no anda bien. Se trata de una historia que se ha hecho viral.

Una mujer de Armenia, que recibe por nombre Ruzan Badalyan, dio a luz a su primer bebé. Todo parecía estar bien. Durante el proceso previo, nadie había notado ningún problema. Pero llegado el momento crucial, es decir, el alumbramiento, un acontecimiento sacudió a toda la sala: el bebé había nacido con síndrome de Down.

Al recibir la noticia, Ruzan quedó en shock, y no supo qué hacer. Leo se llamaba esta inocente criatura. Con los días, Ruzan comenzó a recibir toda clase de comentarios negativos. Entre ellos, algunas personas le decían que era una vergüenza para la familia, y que ella no debía haber tenido hijos.

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Devastada psicológicamente tanto por sus propias expectativas como por la agresión del entorno, a los días Ruzan comenzó a pensar en otra alternativa: la de desaparecer del mapa. ¡No podía con tanto! La presión que sentía le hacía rechazar al bebé.

Samuel, el marido de Ruzan, de origen neozelandés, decidió volver con sus padres en Nueva Zelanda y llevarse al pequeño, pues para él, esta inocente criatura era su hijo, y bajo ninguna condición lo consideraría una desgracia. Fue entonces cuando decidió emprender una campaña de GoFundMe para recaudar dinero y emprender una nueva vida. Le pidió el divorcio a Ruzan y la custodia del pequeño Leo, a lo que ella accedió.

Pero en muy poco tiempo, Ruzan comenzó a sentir la ausencia de su hijo. Apenas un mes después de la separación, insistió en reconciliarse con su marido y volver a la casa. Ella asegura que él no le había hecho la invitación de acompañarlo a Nueva Zelanda, pero ya no importaba. Lo que importaba era volver a ser una familia.

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Al reencontrarse con su bebé, Ruzan manifestó que “¡Ese ha sido mi día más feliz! Él era tan pequeñito, tan dulce… Aún recuerdo cómo lo abracé y la felicidad que sentí.”

Y es que un niño con síndrome de Down es también una bendición. Ignorancia aparte, ellos pueden lograr muchísimas cosas y ser más felices que muchos que se dicen normales. Todo está en el amor y la buena orientación. Para muestra un botón. Mire el siguiente vídeo:

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